¿Pinocho?

¿Pinocho?
De ningún modo, es el canshapito posando con una su mascarita de parachiquito

jueves, 21 de octubre de 2010

El Canshape (XXV)


¿Fuero militar debilitado?

El presidente Felipe Calderón Hinojosa tomó la decisión correcta al combatir la delincuencia organizada donde quiera que se encuentre. Hacerlo con toda la fuerza del Estado mexicano. Quien gane las elecciones de 2012 deberá procurar seguir combatiendo a la delincuencia. No debe haber tregua. Aquí es: el Estado se va imponer sobre los delincuentes o los delincuentes sobre el Estado. Debe ser el Estado, nadie debe ser más fuerte que él. Deberá, eso sí, haber variaciones estratégicas que procuren que este esfuerzo no lastime ni vulnere los derechos humanos de los mexicanos. Es decir, que la violencia no alcance los hogares. Esto se logra utilizando más inteligencia que fuerza. Dando golpes contundentes en donde más afecte a la delincuencia, que es en sus bolsillos, porque si se secan estos no se podrá seguir financiando a nuevos delincuentes. Esta es, en síntesis, la postura del senador Manlio Fabio Beltrones respecto a la guerra contra el narcotráfico que emprendió el gobierno federal hace cuatro años.
Lo cierto es que no sólo la violencia del fuego cruzado llega a los hogares, sino la ejercida por las fuerzas castrenses, sabiéndose inmunes por el fuero militar. De ahí que organismos internacionales en derechos humanos hayan señalado que el gobierno mexicano encubre delitos cometidos por militares. Entre 2007 y fines de 2009, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) recibió tres mil 388 denuncias de violaciones de derechos humanos cometidas por militares y sólo tres elementos han sido condenados. Esto nos habla de la justificación de delitos de quienes se supone son nuestros héroes por dar la vida en defensa del país. ¿Cobran su sacrificio de esta manera?
A inicios de este mes, Valentina Rosendo Cantú, indígena mep’haa (tlapaneca) que fue violada en 2002 por militares, ganó el litigio que emprendió contra el Estado mexicano. Lamentablemente, otras mujeres como las chiapanecas tseltales Miraval, Ana Beatriz y Celia González Pérez, y su madre Delia Pérez de González —abusadas el 04 de junio de 1994 en Altamirano, cuando tenían 12, 13 y 14 años— siguen en espera de justicia por parte de las autoridades judiciales civiles. Esta realidad inocultable motivó al presidente Calderón a presentar una iniciativa que busca que los militares que cometen tortura, desapariciones forzadas y violaciones sean juzgados por tribunales no militares. Esto, aunque es un avance, es limitado porque deja fuera varios delitos graves que podrán ser conocidos exclusivamente por los tribunales castrenses.
¿Esta iniciativa de ley no debilita al ejército mexicano, justo ahora que se vive un momento recalcitrante de la guerra contra el narcotráfico?, se le pregunta al senador Beltrones, después de la conferencia que dictó a los estudiantes de la Unicach.
“Los mexicanos exigen, y estaremos siempre atentos a que eso se cumpla, que no se violen las garantías individuales y tampoco se afecten los derechos humanos. Tan noble es la causa para combatir a la delincuencia como también la exigencia de que ellos (los militares) no atienten contra los ciudadanos. Cumplir con los tratados internacionales no es en desdoro de las fuerzas armadas, es para estar a la altura del mundo. Estamos obligados a cumplir los acuerdos firmados, y eso lo saben los ciudadanos y eso lo saben particularmente los militares.

miércoles, 20 de octubre de 2010

El Canshape (XXIV)

Foto: Carlos Díaz.

¿Para qué ganar?

¿Para qué ganar las elecciones?, preguntó el senador priísta Manlio Fabio Beltrones Rivera en la conferencia “Reformas Políticas del Estado”, que dictó ayer con mucha soltura y conocimiento en el auditorio del Centro Universitario de Información y Documentación (CUID) de la Unicach.
En una actividad universitaria que más dio la impresión de un acto de campaña en busca de la candidatura tricolor a la Presidencia de la República, de la que no se ha mostrado disgustado cuando se le cuestiona, y que, para sorpresa de muchos —en política no hay nada escrito, sitio común de efectividad probada—, se puede dar si recordamos lo ocurrido con Roberto Madrazo, el presidente de la Mesa Directiva del Senado insistió: “¿Para qué quiere ganar las elecciones el actual partido en el poder? ¿Para seguir gobernado igualito que hasta ahora, sin resultados? ¿Para eso quiere volver a ganar?
“Hay otro partido político por ahí, que anda muy enojado porque dice que ganó en la contienda pasada, ¿para qué quiere ganar, entonces? ¿Para cobrar venganza?
“Mi partido, que por mucho tiempo ganó elecciones presidenciales, ¿quiere ganar para seguir igual que antes? ¿O quiere ganar para regresar renovado? Si es renovado, pensando distinto, bienvenido. Si es para recuperar el poder, entonces no tiene ningún sentido. Esa decisión es la que debe importarles, no la de quién quiere ser, sino para qué quiere ser.”
Cabe hacer mención que luego de la regada de tepache del PRI chiapaneco, con el criticado arribo del gobernador saliente de Oaxaca, Ulises Ruiz, la llegada de Beltrones le cae de perlas a los tricolores para borrar el mal sabor de boca que dejó, lo que fue aprovechado muy bien, sobre todo por la senadora María Elena Orantes que deja en el aire una duda: ¿su informe estuvo concurridísimo —tanto de prensa, picapiedras, acarreados y bases tricolores de toda cepa— por el importante trabajo que ha desempeñado en materia legislativa o porque tuvo como invitado nada más y nada menos que a un presidenciable?
Desde luego que mañana lo seguiremos comentando.

***
El crecer al lado de dos mujeres admirables, mi madre y mi hermana, en ausencia de una imagen paterna, me permitió desarrollar un profundo amor, admiración y respeto por el género. Por eso, cuando el Congreso del estado, a iniciativa del gobernador Juan Sabines, le dio el rango constitucional a los ODM de la ONU sentí un gran alivio, porque su quinto objetivo busca mejorar la salud materna, es decir, la salud de la mujer en general porque algún día serán madres. De ahí que se trabaje en incrementar el uso de anticonceptivos para reducir la tasa de natalidad entre las adolescentes, establecer una cobertura completa de atención prenatal, aumentar la proporción de partos con asistencia de personal sanitario especializado y reducir la mortalidad de las madres.
Mejor ejemplo de la obligatoriedad de este objetivo es la puesta en marcha de las clínicas de la mujer en Tuxtla Gutiérrez, pues cuentan con áreas de hematología, patología, química clínica, microbiología y parasitología, así como servicio digital de mastografía, ultrasonido y rayos x —a precios 90 por ciento más económicos que en la iniciativa privada—, que acercan al pueblo los servicios médicos de calidad.
Justo acaba de pasar el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer y es alarmante saber que el de mama es la cuarta causa de muerte en México, y que en lo que va del año el Instituto de Salud ha detectado 60 casos en Chiapas, colocándolo en el lugar 20 a nivel nacional, sin considerar aquellos que no son detectados y acaban con muchas vidas de manera anónima. Por eso sería bueno que usted (si es mujer), su esposa, su hija, su hermana, su amiga, quien sea, aproveche una de las 400 mastografías gratuitas que recientemente anunció el alcalde capitalino Jaime Valls Esponda. Tiene hasta el viernes de esta semana, de ocho a 14 horas, en cualquiera de las dos clínicas de la mujer. No tenga miedo, la detección oportuna le puede salvar la vida.

roraquiar@hotmail.com
961 111 58 69

martes, 19 de octubre de 2010

El Canshape (XXIII)


Malas respuestas

Hace algunos años me enteré, a través de una convocatoria pegada en una de las paredes de la Facultad de Humanidad de la Unach, donde estudié, que el Instituto de Administración Pública de Chiapas ofrecería un diplomado sobre Administración y Gestión Pública (algo así era, ya no recuerdo con certeza, a lo mejor lo esté confundiendo con la maestría que imparten ahora, y que por cierto me gustaría tomar), y no sólo eso, prometía, además, a quienes concluyeran satisfactoriamente, la oportunidad de trabajar en alguna de las secretarías de gobierno del estado, ostentando un puesto directivo.
Frente a mí estaba la oportunidad que, como en Aura de Caros Fuentes, sólo faltaba que tuviera mi nombre impreso. Lo primero que hubo que hacer fue redactar una carta de exposición de motivos de por qué quería llevar el diplomado. La respuesta era sencilla: quería ganar bastante paga, pero imaginé que dicha resolución podría asustar a mis futuros benefactores. De modo que escribí algo como “La labor del IAP de formar cuadros profesionales de nuevos servidores públicos es encomiable. Bla bla bla. Apostarle a la juventud habla de un criterio incluyente y con miras puestas a un presente y futuro mejores. Bla bla bla. Veo en la política la oportunidad de servir…” Envíe la carta de motivos y se me indicó, mediante mail, la fecha en que entregarían las fichas para el examen, que consistiría en una evaluación de conocimientos y otra de actitud. No hay pedo, me dije.
Cientos, si no es que miles, llegaron de diversos puntos del estado a sacar ficha, las posibilidades se hacían ínfimas porque sólo aceptarían como a 80 personas —algo así recuerdo—. El examen llegó y respondí pregunta tras pregunta, sin dejar una sola vacía, no porque supiera mucho sino porque era de opción múltiple. Para no hacer largo el cuento, pasé. Quedé como en el lugar 40 y creí que lo peor había pasado. Pensé que el examen de actitud sería mero trámite porque yo, joven y con ganas de comerme el mundo, tenía buena actitud. Pero no, en la entrevista me hicieron preguntas relacionadas con trabajar en equipo, resolución de crisis, jerarquías y esas, en las que no hay respuesta mala, pero si no contestas lo que se quiere, o lo que quieren, si no eres oveja de su redil: good bye, my friend.
Creo, ahora que lo veo a la distancia, que fui muy honesto, debí decir lo que querían oír y seguramente hoy sería funcionario público. Por eso resultan convenientes los siguientes consejos de cómo responder de manera inteligente a cada una de las preguntas que plantea el reclutador (bien sea para un trabajo o para una escuela).

Según tus amigos, ¿cuál es tu mayor defecto? El entrevistado debe procurar no agrandar su respuesta, evitando los "muy" o "demasiado". La honestidad —no mucha, repito— es pieza clave. Decir soy perfeccionista resulta contraproducente.
¿Qué es más importante: el trabajo o el dinero? Para contestar, lo mejor es lo siguiente: "Prefiero ganar menos, pero trabajando a gusto".
Si te ordenaran hacer un trabajo que no te gusta, ¿qué harías? Se recomienda analizar la situación, respondiendo: "Realizarlo. Lo he hecho muchas veces".
¿En qué ocasiones mentirías? Toma en cuenta que si en el desarrollo de la entrevista te has manejado de manera honesta, esta no es la excepción. Como sugerencia, no titubees en decir: "Para no herir a un compañero. Pero prefiero decirle la verdad si veo que así puedo corregir un grave error".
¿Qué es lo que más te molesta de tus compañeros de trabajo o de universidad? En este caso, lo aconsejable es responder: "Las quejas no me gustan. Pasarme todo el día escuchándolas es incómodo. Les digo que deben ser más positivos".
¿Cuál ha sido tu mayor frustración profesional? Hay que dejar en claro que no es una persona derrotista ni mucho menos rencorosa (y ni se le vaya ocurrir decir no haber entrado a un diplomado). Reconozca situaciones como "Aprendí que un tropiezo que forma parte de mi experiencia".

El Canshape (XXII)


Oscuridad de su casa
y, también, de la calle


A Luis Aguilar Márquez,
alcalde electo de Tecpatán, el más joven de la reciente jornada electoral,
quien ayer cumplió años


La llegada a Chiapas del gobernador saliente de Oaxaca, Ulises Ruiz, representó para muchos una afrenta. Y es que por donde se le mire, este personaje oscuro de la política nacional da de qué hablar donde se pare, obviamente para mal. Su visita no pasó inadvertida, aunque fue al interior del PRI, porque su estado requiere de gestiones para subsanar las afectaciones por lluvias, y él acá, campante, hablando de lo que a su entender es política, una política de opresión, una política perdedora.
Aunque también es probable que en la tierra de la Guelaguetza ya no quieran ningún tipo de ayuda que provenga de él, porque luego les querrá cobrar “el favor”, y hasta han de ver con buenos ojos que su último mes de mandato lo pase lo más lejitos que se pueda. Oscuridad de su casa y, también, de la calle. No se vale que un estado tan necesitado de atención, como es Oaxaca en estos momentos, tenga un gobernante que a la primera oportunidad se va de gira a hacer proselitismo a favor de sus cuates y no del pueblo que gobierna, olvidándose de sus obligaciones y de sus hermanos, si es que alguna vez los vio así. Al fin y al cabo ya voy de salida, ha de pensar. Nadie le cree y más que sumar resta, y le resta, también, a los priístas chiapanecos, que en esta ocasión ya lamentan, seguramente, su estrategia fallida.

***
El viernes por la noche le hablé al poeta Wlbester Alemán Farrera para saludarlo y con mucha emoción me contó que acababa de presentar con éxito su libro Memorial de la montaña en su natal Cintalapa, esa edición de autor que ya se encuentra en la biblioteca personal de quienes disfrutan del canto vivo a la tierra chiapaneca. Me dijo que sus amigos de la infancia llegaron a la presentación y que hasta su primera novia se apareció por el lugar. Que un empresario había absorbido los gastos del evento y que vendió veintitantos libros. La voz se le quebró un poco cuando compartió que sus padres llegaron, desde el ejido donde viven, para ver a su hijo convertido en poeta. Me dijo: “Negrito, cómo me gustaría que estuvieras por acá para compartir mi alegría, en mi pueblo, con mi gente —qué hermosa es mi gente, vieras—“.
No se lo he dicho todavía, porque no lo he visto, pero esa noche fui feliz también. Tengo el gusto de conocerlo y contar con su amistad, y lo que verdaderamente admiro de él es esa voluntad de vivir como poeta. Su vida no ha sido fácil, parece, por el peso de esta decisión, pero tiene el talento de capitalizar poéticamente cada experiencia, y, me parece, tiene todo el derecho a vivir así.

***
Si, al igual que yo, el domingo por la mañana no piensa en otra cosa que mariscos para comer y una o dos o tres micheladas con clamato, bien preparadas, le recomiendo vaya al negocio del amigo Julio Barrera, el Chato Moyo (el Marisquero Mayor), donde la atención esmerada y el sazón justo del mar son característicos. Entre sus especialidades se encuentra una cazuela de mariscos gratinados que le harán imaginar que se encuentra en la playa, bajo el fresco de una palapa, escuchando esa bella canción “Veracruz”, del flaco de oro Agustín Lara, hasta querrá quitarse los zapatos y poner los pies en la arena. Otra de las delicias del lugar es la liza frita, de pronta preparación y tamaño generoso, deliciosa. En fin, hay una rica variedad de platillos que le harán el día. Visítelo en la zona marisquera de la ciudad, justo al lado de la Calzada de los Hombre Ilustres.

roraquiar@hotmail.com
961 111 58 69