¿Pinocho?

¿Pinocho?
De ningún modo, es el canshapito posando con una su mascarita de parachiquito

miércoles, 24 de febrero de 2010

Personajes del Bicentenario

La Madre de la Patria
Lucía Sarauz

La historia de México está construida por héroes, por distinguidos personajes, hombres, en su mayoría; sin embargo, también hubo mujeres en los enfrentamientos, en los levantamientos, en el movimiento de Independencia (en una época en la que no se les consideraba interlocutoras dignas en el campo de las ideas), como doña Leona Vicario.

Hemos escuchado hablar del “Padre de la Patria”, Miguel Hidalgo y Costilla, de Ignacio Allende, de Juan Aldama, de aquellos hombres que se levantaron en armas en contra de los españoles en 1810, pero qué se dice de Leona Vicario en los libros de historia: “Ella no dio gritos en ningún lado ni taconazos en otra parte; no levantó una lápida, ni quemó puerta alguna. Sólo escribía ideas, fue una de las grandes ideólogas de la Independencia mexicana”, su legado e importancia fueron escritos desde hace 200 años.

Ella fue quien dio la noticia en México de que los insurgentes acuñaban moneda propia y gastó su patrimonio, aun sus joyas, para ayudar a los insurrectos, a quienes enviaba noticias a través de heraldos secretos. “En 1813 fue descubierta y denunciada como conspiradora, por lo que su tío, Agustín Pomposo Fernández, la internó en el convento de Belén de Las Mochas, de donde la sacaron algunos correligionarios y se refugió en el mineral de Tlalpujahua, donde operaba Ignacio López Rayón, a cuyo servicio se hallaba Andrés Quintana Roo, se casó con éste y lo siguió en sus andanzas guerreras.

“Consumada la Independencia, Agustín de lturbide nombró a Quintana Roo subsecretario de Estado y del despacho de Relaciones Interiores y Exteriores, pero ante las ambiciones imperialistas de Iturbide, Quintana Roo se disgustó con él y huyó hacia Toluca, donde vivió con privaciones. Por lo que en 1823 Leona Vicario solicitó al Congreso Constituyente que le fueran devueltas las propiedades que el virreinato le había confiscado, cuando se fue a la insurgencia (…) Cuando Anastasio Bustamante ocupó la presidencia mandó aprehender a Quintana Roo, y ella fue víctima de las injurias de los bustamanistas”, desde entonces se consagró a las actividades intelectuales, al lado de su esposo.

Su cultura era vasta y sorprendente para una mujer de su época. Colaboró en los periódicos en que su esposo escribía, secundó las campañas políticas de éste, sufrió contrariedades, según lo demuestran dos cartas ológrafas suyas, dirigidas al presidente Valentín Canalizo, que se conservan en el Museo Nacional de Historia. Leona Vicario es considerada “Madre de la Independencia”, y junto con Josefa Ortiz de Domínguez, es una de las ilustres mujeres cuyo valor y excepcionalidad le merecen un lugar especial en la historia del país, defendió sus ideales y los de México. “Se le considera la primera mujer periodista de México; escribía y financiaba El Federalista y fue la primera fémina mexicana que habló ante el Congreso Nacional. Fue una mujer de ideas”.

lunes, 22 de febrero de 2010

POR EL MENSUARIO 17


Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; 20 de febrero de 2010

Querida Lucy:

Si estás leyendo esto es porque tuve el valor de escribirlo, así que bien por mí. No me conoces muy bien, pero si me haces empezar tengo la tendencia de hablar y hablar de lo difícil que es para mí escribir. Pero esto, esto es lo más difícil que he tenido que escribir. No es fácil decirlo, así que sólo lo diré: conocí a alguien, fue un accidente, no lo estaba buscando, no me lo esperaba, fue la tormenta perfecta. Ella dijo una cosa, yo dije otra, y de repente quise pasar mi vida en medio de esa conversación. Y ahora estoy sintiendo algo en mis entrañas que ella podría ser la elegida. Está completamente loca, de una forma que me hace sonreír, es altamente neurótica, con una enorme exigencia de atención… eres tú, Lucy.

Esa es la buena noticia. La mala es que no sé cómo estar contigo ahora, y eso me asusta muchísimo. Porque si no estoy contigo ahora, siento que me voy a perder por ahí. Es un mundo grande y malo, lleno de giros y de vueltas, en el que muchos sólo parpadeamos y nos perdemos el momento. El momento que pudo haber cambiado todo. No sé qué está sucediendo ahora con nosotros, y no puedo decir porqué deberías dar ese salto de fe por mí, pero tú hueles bien, como el hogar, y aunque no haces un café excelente me gusta estar contigo, eso debe contar algo, ¿no?
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