¿Pinocho?

¿Pinocho?
De ningún modo, es el canshapito posando con una su mascarita de parachiquito

jueves, 7 de octubre de 2010

El Canshape (XX)


Frustrado motín de poetas

Pues le entregaron el reconocimiento y todo le salió a pedir de boca, o mejor dicho, de tacto, al urólogo Hernán León Velasco, primer Premio Estatal de Poesía Enoch Cancino Casahonda. Lo que llamó la atención fue el exceso de elementos de seguridad en el auditorio del Centro Cultural Jaime Sabines, lo que orilló a pensar a algunos malosos que a lo mejor esperaban un motín de los poetas que no ganaron, pero no, la cosa estuvo calmada.
En el acto, el presidente del jurado calificador, Roberto López Moreno, dijo unas palabras que le calman los ánimos a cualquiera, lea: “Aquí estamos los supervivientes (del dictamen) para expresar entre vientos y mareas de metáforas que el ganador es el doctor Hernán León Velasco con la obra ‘Rostros del mar’. Estamos cometiendo un acto de justicia junto a uno criminal, porque estamos dándole muerte a un decenario de obras de poetas de primer orden (…) Ser jurado de poesía es ser el verdugo más atormentado, siempre queda en el alma la angustia de una posible injusticia, y no por la inseguridad de la obra premiada, sino por la alta calidad de las obras no premiadas. Desde aquí les digo, poetas no premiados, que sus obras han salido de una tinta fina y docta y sus obras también merecían el primer lugar. Lástima que los finalistas eran 10 y el premio sólo uno”.
Supongo que quienes hayan podido meter de contrabando, a pesar del fuerte dispositivo de seguridad, hoces y antorchas, pues decidieron, al oír tan lindo discurso, guardarlas nuevamente en su compartimiento secreto, cual fuere, no entremos en detalles.
Se había anunciado, también, la entrega de reconocimientos a Balam Rodrigo Pérez Hernández y Yolanda Gómez Fuentes, ganadores del segundo y tercer lugar, respectivamente. Asimismo, el escritor Alejandro Molinari recibiría Mención Honorífica por su participación en este certamen, pero ni los pelaron.

Una mención sin mención
Alejandro Molinari es a mi juicio un gran escritor, soy seguidor de su blog y de sus Arenillas, dudo me conozca, pero es por todos sabido que casi no sale de su natal Comitán, allá está bien, allá está seguro y cómodo. Por eso me llamó la atención la crónica que escribió del día de la premiación, pues se le invitó para recibir la Mención Honorífica, lo dudó, pero finalmente accedió, y esto fue lo que le hicieron (reproduzco un fragmento):
“Llegaron los miembros del Jurado, saludé a cada uno de ellos (tengo la suerte de ser su amigo) y me disponía a cruzar la pierna y soltar mi cuerpo en el asiento cuando el individuo atento se acercó y me dijo que no me correspondía estar en la primera fila (yo entendí, lo mío era una simple Mención Honorífica), me pasó a la segunda fila y me dijo (con la corrección que sin duda siempre lo caracteriza): “No se mencionará su nombre y no le entregarán el diploma”.
“¿Qué? Entonces, a punto de perder la corrección que mi mamá me injertó, iba a decirle que yo estaba tranquilo en casa cuando él me invitó para asistir. A punto de decirle: ¿Para esto me hizo venir a Tuxtla, para faltarme el respeto en el patio de mi cara? Pero no podía portarme con la misma falta de respeto con que ellos (ahora sí ya no era sólo el individuo atento, sino la institución completa) me trataron.
“Por esto ahora pienso que gané una Mención sin mención. El acto transcurrió conforme “lo planeado” por ellos. Yo caí en el juego de estos incultos promotores de la cultura. No lo tomé como una afrenta personal, sino como una prueba más de la soberbia con que Coneculta-Chiapas trata a los creadores, para ellos no somos más que una absurda pieza en el ajedrez de sus intereses y perversiones. ¡Pobres de aquellos que deben someterse a un trato indigno cuando solicitan algún apoyo justo para el fomento de sus creaciones!”

roraquiar@hotmail.com
961 111 58 69

miércoles, 6 de octubre de 2010

El Canshape (XIX)

Foto: René Araujo

Noquis: su parque y su premio

Enoch Cancino Casahonda fue y sigue siendo un sanador. Alivió en vida muchos dolores del cuerpo, porque su formación como médico le dio las herramientas necesarias para hacerlo; con su poesía curó, además, el espíritu de los seres acongojados, aquellos que se hunden en la soledad más espesa, donde sólo la luz de un verso honesto puede mostrar el camino de vuelta.
Este año, el 03 de marzo, su espíritu dejó el cuerpo cansado, pero se sigue regocijando en los versos que escribió motivado por la experiencia de estar vivo. Noquis, a diferencia de otros bardos que ven en la muerte su gran fuente de inspiración, le cantó a la vida. En su obra hay una infinita alegría por ver la luz del día, por amar a la mujer, por tener amigos, por beber vino. Como buen médico, motivó en sus semejantes las ganas de seguir viviendo.
De ahí que, con motivo de su cumpleaños 82, este 06 de octubre, se inaugurara el parque de patinaje y bici-cross Noquis, justo por donde inicia el libramiento norte, de poniente a oriente, adelantito del motel Álamos, con lo que su nombre queda grabado a la ciudad que lo vio nacer en 1928, y se cubre la demanda de los jóvenes que practican estos deportes, pues tendrán instalaciones apropiadas y no estarán más improvisando en las calles. Bien por el homenaje y bien por el nuevo espacio.

***
Para sorpresa del propio ganador y seguramente para sorpresa de muchos más, el Premio Estatal de Poesía Enoch Cancino Casahonda, en su inauguración, es para Hernán León Velasco. Bajo el seudónimo de Galileo Galilei participó con el poemario Rostros del mar, que el jurado, encabezado por Roberto López Moreno, consideró con los méritos suficientes para sustentar la distinción.
—Entré a participar al concurso —comenta el galardonado— porque la figura de Noquis me motivó, él es el representante de la poesía épica de nuestro estado, porque escribe la epopeya de Chiapas en su canto, y con esa ternura y esa humildad metí mi trabajo que resultó ganador. Creo que con este premio ganamos todos, porque fuimos inspirados por el argumento de este gran poeta, y digo ganamos porque siempre que se compite se perfecciona el entretejido de las letras.
Seguramente esta designación dará de qué hablar, como ocurrió cuando este mismo personaje ganó en octubre de 2009 el Premio Armando Duvalier a obra inédita, entregado por la Asociación de Poetas y Escritores Chiapanecos. Finalmente, el que ocupa este comentario es un concurso formal, con bases, con jurado, en memoria de un gran poeta, no un caprichito de grupos. Quizá la convocatoria fue repentina y con poco tiempo, pero eso no resta el mérito que puede tener la obra ganadora, usted juzgue:
Qué fue la vida / un pedazo del tiempo enloquecido / en el estricto horario de los días, los años y los sueños / Y nosotros los sin nadie / corriendo afligidos tras los honores y las glorias / tras el pan que te has de comer / y el trago que te ha de saciar / Necios / agotados por costumbre / sin aceptar la fecha de la partida / ni el número de las canas / pero te has de purificar en la muerte / bendita muerte / qué bueno es morirse a ratos / para reconocer que es buena, dulce, apacible / burlona de nuestro miedo / Qué bueno cuando no tienes ganas de despertar / es tu muerte / la perdonas, canalla / la que picotea tus ojos con flores / y embalsama tu ira…

roraquiar@hotmail.com
961 111 58 69

El Canshape (XVIII)


Apoyos controlados

Cómo evitar que surjan vivales en medio de la tragedia provocada por el paso de la tormenta tropical Mathew. Cómo evitar que una historia semejante a la de Stan se escriba de nuevo. Son muchos los apoyos y programas sociales emergentes para contrarrestar los daños que se atoja complicado que cada uno de ellos llegue justo a la mano necesitada, sin que a su paso se atreviesen la voracidad y el interés individual de funcionarios corruptos y falsos líderes sociales.
La solidaridad de los chiapanecos es incuestionable, los centros de acopio reciben la ayuda que en la medida de lo posible se puede dar, ropa y víveres se acumulan para los hermanos en desgracia. Así, también, es evidente la responsabilidad de las autoridades, pues vemos cómo el gobernador Juan Sabines, personalmente, de manera expedita y oportuna, coordina las acciones necesarias en las zonas afectadas –puede que sea políticamente correcto hacerlo, pero, me parece, es un sentimiento más humano el que lo mueve−.
Programas como Reposición de Enseres Domésticos, Empleo Temporal, Motor para la Economía Familiar, sin olvidar los apoyos para los cultivos afectados por encharcamientos, son puestos en marcha para beneficiar a la gente que lo perdió todo, a los comerciantes que ya no tienen fuente de ingresos, a los que padecen desocupación; de ahí la importancia de que sean vigilados para su correcta ejecución y de encontrarse irregularidades castigar conforme a la ley, porque no es justo que cuando unos están en la pena, otros no piensan más que en la pepena.
Esta es la función que ha venido realizando la Contraloría Social de Chiapas, dirigida por José Luis Echeverría Escobar, servidor público confiable desde hace muchos años, y debe serlo para estar al frente de tan importante labor: vigilar, evaluar y verificar que la gestión gubernamental y el manejo de los recursos públicos se realice en términos de transparencia, eficacia, legalidad y honradez, así como exigir la rendición de cuentas.
Esto es justo lo que se necesita en estos momentos: un órgano descentralizado que se encargue de garantizar que la ayuda llegue a quienes en verdad lo necesitan, que los programas cumplan su función social, que alerte, de ser necesario, a dependencias como la Procuraduría General del Estado, al Órgano de Fiscalización del Congreso o a la Secretaría de la Función Pública para que con sus instrumentos jurídicos apliquen las sanciones correspondientes a los funcionarios públicos, de cualquier rango, que incurran en acciones fuera del marco legal.
Si usted conoce de alguna irregularidad en el manejo de recursos públicos o programas sociales, denúncielo con su contralor social más cercano, ubicados en cada una de las diez delegaciones distribuidas en el estado. Si un funcionario público no lo quiere atender, denúncielo al 01 800 147 83 52. El gobernador Juan Sabines ha sido claro en ese sentido: “Los servidores públicos tienen la obligación de atender de manera expedita y eficaz a todos los ciudadanos, sin distingo de credos, raza, color, condición social o física”.

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