Foto: Carlos Díaz. |
En torno al IV informe
En el fondo las opiniones concuerdan respecto a lo contenido en el IV Informe de Gobierno de Juan Sabines Guerrero: hay trabajo y mucho. Tiempo había que no se daba una transformación tan notoria en la infraestructura, en la educación, en la salud, en las instituciones (quizá una de las mayores motivaciones del Ejecutivo sea el ejemplo, el legado, de su padre, quien en su momento cambió para bien el rostro de Chiapas).Es cierto, un sexenio no alcanzaría para resolver del todo las problemáticas que aún se tienen debido al rezago en que se estuvo por mucho tiempo, mas ya se dan pasos firmes: “todos vamos a combatir el rezago y a superar el menor índice de desarrollo humano", afirma Sabines.
Hoy Chiapas figura entre los estados con mayor crecimiento respecto a su IDH. Se están fincando las bases, se está estructurando una política pública con ambiciones más allá de lo inmediato y lo local. Esta determinación se proyecta y da confianza, prueba de ello es que la inversión privada asciende a 4 mil 204 millones de pesos en cuatro años y suman 5 mil 400 empleos permanentes generados. Es decir, la modernidad, esa que sólo presumían los estados del norte del país, aunque tarde, llegó a Chiapas.
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En el fondo, repito, las opiniones concuerdan, mas se guardan las formas y eso se aprecia en la postura de los partidos políticos, por lo menos de los tres que tienen algo que decir, o cuidar lo que dicen, por ejemplo:El PRI fue cuidadoso en automarcarse como una oposición responsable, alejada de la “cerrazón política”. De cara a la sucesión gubernamental mantiene la posibilidad de alcanzar el triunfo sin enfrentarse anticipadamente a sus fuerzas opositoras. De momento es lo más sensato, pero no debe esperar al último momento para definirse.
El PRD le apostó al respaldo total a las acciones emprendidas por el gobierno local. La consigna es una: mantenerse en el poder, aun si en la esfera nacional es otro el color que gobierna.
Por su parte, la apuesta menos entendida es la panista, que se muestra como un aliado del gobierno local. Los albiazules han conseguido bajo esta estrategia fortalecerse como lo demuestra el crecimiento de su representación en las cámaras federal y local. Pero de frente a los tiempos sucesorios los panistas juegan a mantener en la entidad la alianza opositora al PRI que les permita seguir acrecentando sus posiciones políticas y, fundamentalmente, sumar a su proyecto de permanencia en el gobierno de la república.
Por su parte, la apuesta menos entendida es la panista, que se muestra como un aliado del gobierno local. Los albiazules han conseguido bajo esta estrategia fortalecerse como lo demuestra el crecimiento de su representación en las cámaras federal y local. Pero de frente a los tiempos sucesorios los panistas juegan a mantener en la entidad la alianza opositora al PRI que les permita seguir acrecentando sus posiciones políticas y, fundamentalmente, sumar a su proyecto de permanencia en el gobierno de la república.
En este contexto, pocos han reparado en el papel que juegan jóvenes panistas como el actual presidente de la Mesa Directiva del Congreso del estado, e hijo de un Premio Chiapas: Juan Jesús Aquino Calvo, quien alejado de los aspavientos hace una labor discreta en busca de efectividad en una labor política que podríamos llamar integral. Ya se ha comentado la sobriedad de su comportamiento, que en tiempos de chivos locos en busca de reflectores y protagonismo (dixit Romeo Ortega López) se agradece.
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Al que de nada le sirvieron sus emotivos discursos (y temerarios, mire usted: “Yo voy a aportar mis 25 mil pesos de esta propuesta pero no va a ser la única, mensualmente voy a estar dando una aportación al CRIT porque estuve ahí y cuando haces el recorrido te das cuenta de la ternura, de la situación, hay niños que tienen el problema de discapacidad y parece que estuvieran muertos en vida porque están como en otro mundo”) fue al diputado petista Enoch Hernández, porque al parecer ninguno de sus compañeros −que a decir de él mismo ganan 140 mil pesos, según nota de Marco Antonio Alvarado, y que habría que investigar porque de acuerdo al portal de transparencia del Congreso es mucho menos− se quiso mochar con la suma que en conjunto pretendía donar un millón de pesos para transportación de los niños que acuden al CRIT-Chiapas. Al parecer al principio todos estuvieron de acuerdo, pero pasada la euforia de la sonrisa de Lucero en la televisión, ya nadie se acordó. Al menos el que inició con la propuesta no se quedó con las ganas de ayudar y dio su paga a los administrativos del centro de rehabilitación, y pues ai vean qué hacen, les habría dicho.
961 111 58 69
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