¿Pinocho?

¿Pinocho?
De ningún modo, es el canshapito posando con una su mascarita de parachiquito
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miércoles, 21 de abril de 2010

Estaciones


Quisiera regalarte palabras
como rosas,
para agradecer
que me salvaras de la soledad, del olvido.

Cambiarles agua
de primavera a primavera:
no se secarán en verano
no perderán hojas en otoño
no las quemará el invierno.

Quisiera…

Mis promesas son rosas
y mueren apenas nacen.
Son estaciones efímeras,
flores instantáneas,
ramos cortados de tajo
que adornan la pasión del instante.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Tinta seca

Los periodistas están tristes:
Son faros que buscan a quién salvar
y se ahogan esperando.
Están hartos de contar la misma historia.
De que los vean esparcidos en el parque central,
convertidos en marcas de varicela en la cara de la ciudad.
Son espíritus de protesta que se tragan sus consignas.
Soldaditos de plomo que esconden el muñón en la guardia.
No hay quién defienda a los defensores,
los que ostentan tísica la libertad de expresión.
Los periodistas están tristes:
Denuncian la fractura del mundo
y el suelo tiembla bajo sus pies.
Están tristes,
y la tinta de sus ojos se seca.

viernes, 12 de marzo de 2010

Contratiempo


Uno se levanta de mañana y piensa:
“Qué clara amaneció la vida,
escribiré un gran verso
o compondré una canción”.
Se agudizan los sentidos:
Los ojos ven como poeta
la suave caída de las hojas,
la determinación de las rocas
de permanecer en el camino.
Las manos sienten como poeta
la tersura de la piel ardiente,
las fisuras del corazón herido,
el peso enorme de una lágrima.
Los oídos escuchan como poeta
el concierto de las aves,
el arrullo de los ríos,
el silbido del viento,
el canto desde adentro.
La boca siente como poeta
la ambrosía del beso,
los tragos amargos,
el hierro en la sangre
como una espada en la garganta.
Pero la voz no está madura.
Es brasa que consume el pecho.
Es un germen, una semilla
que cae en pedregales,
que se ahoga en raudales,
que vuela el viento.
Quizás otra mañana
ese hálito de palabra
caiga insignificante
en tierra fecunda
y crezca un árbol,
altísimo,
cuyo fruto sea el sol.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Gotera


I
Cuéntame de tu tormenta,
de cómo has sobrevivido
a estaciones adversas,
naufragios,
lirios infieles.

Cuéntame
mientras la tarde
humedece los vidrios
y los ojos de agua
desdibujan la calle;
mientras tus ojos
se vuelven lluvia,
ventanas tristes,
y la sonrisa se escurre,
quizás, al porvenir.

II
Cuéntame
mientras luz opaca se filtra
por los pies de la puerta
y la tarde fría cae lenta
como gota suicida.

La noche también cae,
guillotina del día.
(Relámpago verdugo
de árboles solitarios)
¿Escuchas?
Un quejido revienta
tras el ventanal,
una voz de charco
de sombra en sombra
trae la nostalgia de ser barro.

Adentro:
lucha de piel y sentimiento,
clima de pasiones:
—Quédate a dormir.

jueves, 28 de enero de 2010

Negrura


Claustro nocturno nuestro refugio,
mientras cae arena de las horas
y la rutina vigía de los ojos duerme.
La sombra nos enceguece, nos deslumbra.

Besas resquicios en mi boca
y un arco iris nace en mi garganta.
Intuyo tu sonrisa.
Intuyo un tesoro.

Media noche es suficiente.

Amamos a esas horas como a nosotros:
las mordemos,
las arañamos,
las mojamos,
las hacemos venir al nuevo día.

viernes, 15 de enero de 2010

Homenaje a mi pueblo


El Canshape

La antigua tierra encantada reclama
De la gruta triste se escuchan las voces
Son los mam que quedaron a mitad de camino
entre Izapa y Candelaria

Frases sueltas de lengua olvidada se disuelven en el viento:
¡Pueblo, pequeño, tu leyenda yace bajo el concreto!

Los primeros hijos buscaron refugio en tus entrañas
Heriste tu cuerpo para alojarlos seguros
De la llaga brotó la Gran Piedra de Huixtla
la arrojaste lejos, hasta el cerro
Sólo aquel pedazo duro de tu carne sellará tu vientre
Pero no hay hombre que soporte semejante peso
no hay aquél que recuerde a sus hermanos
Los que fueron enterrados
en la memoria deslumbrante de sus dioses

Anda, lapida el espanto de tus niños
Siéntate a comer pan, a beber chocolate
Exprime sin sazón el aguamiel del cacaotal
Esta es la Tierra de Dios
¿Recuerdas?
Es tiempo de volver a mirar el cielo
viendo hacia abajo.