Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; 20 de febrero de 2010
Querida Lucy:
Si estás leyendo esto es porque tuve el valor de escribirlo, así que bien por mí. No me conoces muy bien, pero si me haces empezar tengo la tendencia de hablar y hablar de lo difícil que es para mí escribir. Pero esto, esto es lo más difícil que he tenido que escribir. No es fácil decirlo, así que sólo lo diré: conocí a alguien, fue un accidente, no lo estaba buscando, no me lo esperaba, fue la tormenta perfecta. Ella dijo una cosa, yo dije otra, y de repente quise pasar mi vida en medio de esa conversación. Y ahora estoy sintiendo algo en mis entrañas que ella podría ser la elegida. Está completamente loca, de una forma que me hace sonreír, es altamente neurótica, con una enorme exigencia de atención… eres tú, Lucy.
Esa es la buena noticia. La mala es que no sé cómo estar contigo ahora, y eso me asusta muchísimo. Porque si no estoy contigo ahora, siento que me voy a perder por ahí. Es un mundo grande y malo, lleno de giros y de vueltas, en el que muchos sólo parpadeamos y nos perdemos el momento. El momento que pudo haber cambiado todo. No sé qué está sucediendo ahora con nosotros, y no puedo decir porqué deberías dar ese salto de fe por mí, pero tú hueles bien, como el hogar, y aunque no haces un café excelente me gusta estar contigo, eso debe contar algo, ¿no?
Llámame...
Lucy!!!! Habléle!!!!
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