¿Pinocho?

¿Pinocho?
De ningún modo, es el canshapito posando con una su mascarita de parachiquito

jueves, 11 de noviembre de 2010

El Canshape (XXXI)

Más que baches

Me llama la atención que algunas personas juzgan el desempeño de un funcionario por el carisma que tiene o por la ausencia de él. Es uno de los criterios más superfluos que se pueden utilizar, porque es preferible la responsabilidad en cuanto al manejo de recursos públicos y el otorgamiento de servicios de calidad que una sonrisa contagiosa o un abrazo fraterno. Claro que si se conjugan ambos aspectos, el aludido puede ser considerado un verdadero ejemplo de servidor público y con futuro prometedor, esto, desde luego, pocas veces se da, debido en gran medida a lo desgastada que hoy está la figura del político.
Ayer comenté que Jaime Valls Esponda me parece buen administrador y lo sostengo. No es precisamente el funcionario más popular, pero, repito, importan más los resultados.
Siempre hay cosas criticables en las administraciones públicas y la de Valls no es la excepción. Los baches son un descontento general y vinieron a ser un problema mayor al final de su periodo y quizá con esa imagen se quede. El ayuntamiento que preside solicitó un empréstito por 50 mdp para solucionar el problema acrecentado por las constantes lluvias. Qué más se podría esperar si es final de año y los recursos de 2010 ya están agotados, peor hubiera sido que el problema no se atendiera lo más pronto posible. Además, el propio Congreso consideró pertinente autorizarlo, de modo que es una acción analizada.
Es fácil decir que como ya va de salida pidió el dinero extra y dejará más endeudada a la ciudad, cosa que en realidad no es verdad. Quien se interese en el tema puede solicitar la información a la dependencia correspondiente y sabrá que durante los tres años al frente de la capital, Valls Esponda pagó 70 mdp de deuda municipal adquirida por administraciones pasadas. Al final solicita 50, pero aún así deja las finanzas con 20 mdp menos de deuda que cuando tomó posesión.
El lunes inició el programa intensivo de pavimentación con concreto hidráulico, se trabaja pues con el problema, pero Tuxtla sin duda es más que baches. Me parece que se han olvidado obras importantes de esta administración: rastro porcino municipal, clínica de la mujer poniente, mejoramiento del sistema integral del limpia —con el que ganó La escoba de plata, otorgada por la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos, Aseo Urbano y Medio Ambiente, en España, y el Jumil de plata), mirador Los amorosos, mercado Juan Sabines, parque Enoch Noquis, el nuevo edificio de Seguridad Pública —se entregará a fin del año—, el rescate de espacios públicos —parque en las colonias—, estancia Una noche digna, el inicio de la construcción de la Arena municipal y otras varias que ni se pensaban, además de la licitación de la planta de tratamiento de aguas negras para dar continuidad al proyecto de saneamiento del Sabinal. Estas son obras que seguirán beneficiando a la ciudadanía aun cuando Valls se vaya y nadie las puede ignorar.
Tuxtla Gutiérrez ha figurado como un destino turístico de esparcimiento y de negocios, varios espectáculos y eventos deportivos de talla internacional se realizaron aquí, beneficiando con ello a comerciantes y prestadores de servicios, de eso pocos se pueden quejar. Las inversiones han llegado también, prueba de ello es el Walt Mart oriente y próximamente el Hotel Hilton, y eso habla de proyección. Claro que en todo está el respaldo del gobernador Juan Sabines, pero el beneficio directo es para Tuxtla.
Entonces, pues, por qué causa encono una opinión de alguien que considera que en términos generales se han hecho cosas positivas, es mi opinión después de todo. Que no comparte la idea de un periodismo mercenario antigubernamental ni progrubernamental, sino circunstancial, capaz de reconocer algunos aciertos, incluso en la clase política.

*El Canshape es un sitio encantado de Tuxtla Chico.

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