Lleno de sí, lleno de nada
Los estúpidos comentarios del Chunco nos hicieron recordar a los 3 mil 100 navegantes del Independence of the seas, crucero de súper lujo (en la foto), que la semana pasada atracó en Lasbedee, playa paradisíaca de Haití.
Mientras los habitantes del país, hombres, mujeres, niños y ancianos, se arrancaban el pellejo por una galleta. Mientras envilecidos por la sed sorbían su propio sudor, bebían sus orines a escondidas para no compartirlos. Mientras miles de madres querían sacarse los ojos para dejar de llover la muerte del hijo, del esposo, del hermano. Mientras jóvenes oscuras, llenas de moscas, ofrecían regalados a sus hijos, llenos de moscas, porque sus pechos, panes negros y fláccidos, llenos de moscas, se habían secado ya, y no querían ver morir de inanición la carne de su carne llena de gusanos…
Mientras todo eso, a sólo cien kilómetros del apocalipsis, tres miles de turistas esquiaban en el mar, bebían, cantaban, dejaban platos a medio vaciar. La compañía les contrató guardias armadas para evitar que, en un descuido, un tercermundista cualquiera, pariente cercano de los simios, les lanzara una tarascada. O robara el alimento de sus mascotas.
Arcadio Acevedo
Periodista
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