Siento mucha pena que de la entidad que más ha sufrido discriminación a lo largo de su historia, que ha tenido que gritar y derramar sangre para pararla, salga ahora el racista más odiado.
Medio habíamos desarrollado tolerancia a sus comentarios de siempre, pero burlarse de la inaudita tragedia haitiana está más allá de los límites de cualquier persona con un asomo de moral.
La indignación es general, se denunció, se tomarán las medidas necesarias y es probable que se quede sin nada de lo que presumía; aun con todo me siento mal, ¿será porque no soporto ver sufrir a la gente, y pienso que ahora él será el discriminado?
Saludos Rodrigo, buen espacio, Alejandro ALdana Sellschopp.
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