¿Pinocho?

¿Pinocho?
De ningún modo, es el canshapito posando con una su mascarita de parachiquito

lunes, 21 de febrero de 2011

PAN, PANamericano


Egresado de la Universidad Panamericana, el diputado Juan Jesús Aquino Calvo habla con familiaridad del primer círculo de colaboradores del presidente panista Felipe Calderón Hinojosa

I
Las fastuosas estancias y pasillos estilo francés de la Residencia Oficial de Los Pinos, que desde el 07 de enero de 2011 recorre Roberto Gil Zuarth como secretario particular del presidente Felipe Calderón Hinojosa, eran ya recorridas, entre 2007 y 2009, por otro chiapaneco: un joven abogado nacido en Ocosingo e hijo de un destacado educador galardonado con el Premio Chiapas en Ciencias 2010.
En la casa presidencial que ha albergado desde 1935 a 13 mandatarios nacionales, desde Lázaro Cárdenas del Río al propio Calderón Hinojosa, Juan Jesús Aquino Calvo servía a su amigo José César Nava Vázquez —entonces secretario particular del presidente— al ocupar la Dirección de Evaluación y Seguimiento de la Secretaría Técnica de la Secretaría Particular. De ahí partió a asesorar al Comité Ejecutivo del Partido Acción Nacional (PAN) cuando Nava Vázquez asumió el liderazgo del blanquiazul.
Poco después, en su condición de negociador panista de la alianza que forjaban en Chiapas diversos partidos, recibió la invitación de “caminar un distrito”. Aceptó el reto y ahora no sólo es diputado local de mayoría por el Distrito XII, con cabecera en Pichucalco, sino, también, presidente de la LXIV Legislatura del Congreso del Estado.
A sus 35 años de edad, Juan Jesús Aquino Calvo tiene una trayectoria nada despreciable y habla con familiaridad de las personas que integran el primer círculo del Ejecutivo nacional, pues buena parte de ellos fueron diputados en la LVIII Legislatura del Congreso de la Unión, cuyo coordinador era, en ese entonces, el también diputado Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, y donde el chiapaneco se desempeñaba como asesor asistente del grupo parlamentario panista. Francisco Blake Mora, Juan Camilo Mouriño, César Nava Vázquez —por mencionar algunos— son nombres que sobresalen de esa legislatura federal. Con ellos, de algún modo, nuestro entrevistado se inició en la política.

Diputado, te tocó vivir de cerca la transición política en México con Vicente Fox, pero también el inicio de la LVIII Legislatura del Congreso de la Unión, donde participaste como asesor jurídico; de esta cercanía, de este trato directo con algunos personajes que hoy son principales figuras en la vida política nacional, me gustaría que definieras sintéticamente cuatro perfiles, el de los entonces diputados Felipe Calderón, Francisco Blake, Juan Camilo y César Nava.
El trato es un poco de obviedad, los identificaba a todos la amistad. Son un equipo. Considerándolos por orden de prelación, el presidente Calderón, como lo es hasta este momento, siempre puesto con la seriedad de un ejercicio responsable, comprometido con servir a México siempre en conciencia y en discurso, compartiéndolo. Siempre fue el gran líder, el que echaba para adelante la bancada.
Recuerdo al secretario Blake como un estudioso del derecho, abogado, bajacaliforniano, muy leal al equipo, amable, agradable, con la prioridad de que lo principal es México.
En el caso de César Nava tengo una cercanía evidente, es un gran amigo, él fue el que motivó y convenció, quien me dio la identidad panista. Ha sido siempre partícipe del equipo del presidente, al cual ha apoyado desde todas las trincheras.
Terminando con el finado, y buen amigo también, Juan Camilo Mouriño, llamado Iván por sus amigos, una persona con un liderazgo excepcional, a la cual yo admiré.

II
Nací en la ahora ciudad de Ocosingo, Chiapas, un 27 de agosto de 1975, en el único centro de salud que había y que todavía persiste atrás de la presidencia municipal. Nací allá porque de allá es la familia de mi madre. Crecí con ella y mis abuelos. Tengo los mejores y gratos recuerdos de aquella época. Una vida obviamente de campo, rural, de acompañar a mi abuelo al rancho los fines de semana, aquella propiedad que tenía llamada El Bambú, porque era el único bambual grande que estaba a orilla de carretera, tres kilómetros antes de llegar al pueblo. Estudié en el único kínder que había, uno llamado Cuauhtémoc, luego entré a una primaria que se llamaba igual. Creo que en aquel tiempo no había mucho nombre de dónde escoger.
Mi madre, Rosario Nieves Calvo, era maestra (por cierto me dio clases en primer grado de primaria), estudió la Normal Superior aquí en Tuxtla y aquí se conoció con mi padre, pero se regresó a trabajar a Ocosingo, por eso es que yo nací allá. Para cuando yo cursaba el cuarto grado nos venimos todos a vivir a la capital, porque mis padres ya tuvieron la oportunidad de construir una casa propia. Por eso siempre he dicho que mi familia es de la cultura del esfuerzo.
Mi padre, Jesús Aquino Juan, es tuxtleco, por eso toda mi familia paterna está aquí. Él es una persona dedicada a la educación, de toda la vida. Tuvo una formación como seminarista, donde se le permitió en algún momento, por las becas que daban en San Cristóbal con el apoyo de don Samuel Ruiz, realizar estudios de filosofía y de doctrina en Austria, Alemania. Estuvo tres o cuatro años por allá. Regresó a la ciudad de México y se dio cuenta que no estaban reconocidos los estudios que había hecho. Así que con el ánimo que tenía de dar clases y aportar a la academia, también cursó la Normal Superior. Y pues sí, ahí fue donde conoció a mi madre.
Tengo dos hermanos. Una hermana mayor, Sigrid Karina, médico, egresada de la UAM Xochimilco, dedicada en este momento a la academia, y muy comprometida con los temas de reivindicación de la mujer. Ella, al terminar sus estudios universitarios, se fue a Palenque a trabajar para Médicos del Mundo, una organización internacional que conformó la Casa de Apoyo a la Mujer Maltratada. Ella ya se encuentra acá en la ciudad ejerciendo como médico y creciendo como catedrática. Tengo, también, un hermano menor, Giovanni, él estudió Relaciones Internacionales en Monterrey, es el menor; dicen que es el pilón, porque después de ocho años llegó a la familia. En este momento trabaja de asesor en la administración pública estatal.

III
Entonces, diputado, a partir del cuarto grado de primaria estudias en el Colegio Chiapas, con las monjitas, y luego en el Colegio Lasalle la secundaria, acá en la ciudad. Tus padres sin duda le apostaron a la educación. Pero decides irte del estado porque buscabas alejarte del dolor que te causó la muerte de tu abuelo Enrique Calvo, a quien te unía un vínculo muy fuerte.
Me cuentas que era muy conocido y respetado en Ocosingo, que no pudo estudiar Leyes como añoraba porque sus padres querían que se dedicara a las actividades agropecuarias. Que lo más que pudo estudiar por sus propios recursos fue precisamente maestro normalista. Y que finalmente fue su influencia la que te animó a estudiar derecho.
Pero volviendo a tu formación, decides, entonces, estudiar la preparatoria en el Colegio Lasalle del Sureste, en Coatzacoalcos, Veracruz. Luego viajas a Toronto, Canadá, a estudiar inglés. A tu regreso entras a la Escuela Libre de Derecho, que un año después dejas porque su sistema civilista no era coincidente con lo que buscabas, que era el área pública, política, social, así que te cambias a la Universidad Panamericana donde te gradúas y coincides con César Nava, quien finalmente te invita a trabajar con él en la campaña presidencial de Vicente Fox Quesada. Hasta aquí estamos claros.

Porqué enfundarse en la camiseta blanquiazul.
Creo que por los valores y principios que están en plataforma: solidaridad, la búsqueda del bien común. Me identifican plenamente. Sé que la crítica dice que el partido es elitista, pero estoy ávido de cambiar la imagen en lo que a mí corresponde y respecta, porque habemos también los que somos de a pie, los que empezamos repartiendo tortas, pegando pendones, volanteando día y noche, y que nos ha tocado picar piedra en varias trincheras para lograr un espacio.
−¿Hubo en algún momento, por llamarlo de alguna manera, discriminación política?
No, no, no. Hubo quizá un reto más fuerte.
Qué tipo de panista te consideras.
Un panista consciente que las circunstancias nos obligan cambiar en algunos sentidos para reivindicar a los partidos políticos y al ejercicio público. Un panista con principios, con valores, heredados de mis padres y de mi formación. Un panista que reconoce que hay mucho por hacer pero que también se ha avanzado bastante en las presidencias federales panistas; las expectativas han estado bastante amplias y no se han llegado a cumplir todas, pero sí se ha avanzado en muchos temas: rendición de cuentas, transparencia, inversión. Un panista con un compromiso social muy grande con mi país, con mi estado particularmente. En síntesis: un panista progresista.
Cuál es el mayor fracaso del PAN.
Estamos en el camino tratando de hacer lo mejor posible dentro del ejercicio público, por eso abiertamente no veo ningún fracaso, veo retos fuertes. Lo que sí hay que apuntalar, me parece, es el tema de la seguridad, que es bandera y punta de lanza de este gobierno que a buena cuenta tomó el toro por los cuernos de manera obligada, ya había necesidad de hacerlo. Tal vez una circunstancia de análisis en ese tema en particular, pero sin considerarlo en ningún momento fracaso.

IV
Sabemos que vuelves a Chiapas porque siendo mediador en las negociaciones aliancistas de 2010 te invitan a contender por una diputación local y tu partido te respalda. Qué representa esto para ti.
Bueno, intento cada día no dilapidar la gran oportunidad que se me dio. Yo le hablé de frente a la gente de mi distrito, que aunque venía de fuera, haría todo a mi alcance por servirles y confiaron en mí. Hoy conozco el distrito XII, lo he recorrido, ya no me es ajeno.
−¿Imaginaste ser presidente del Congreso?
En principio no lo imaginé. Es también un gran honor que me dio mi partido y las coincidencias con los demás grupos parlamentarios. Es el más grande honor que obviamente he tenido en mi corta carrera en la política. Lo que me obliga a bien actuar, a hacer lo que me corresponde, para que la ciudadanía vea a políticos cercanos.
¿Mantienes o quemaste tus naves?
Las quemé. Estoy completamente concentrado en abonar al desarrollo de mi estado, de aquí en adelante.
Esto quiere decir que buscarás más espacios públicos.
En este momento no quiero adelantarme bajo ninguna circunstancia. La prioridad es la importantísima encomienda de imparcialidad con que debo conducirme al frente de la Mesa Directiva del Congreso del estado. Sin embargo, en el ánimo partidista, en su momento, llegados los tiempos, seguramente estaré a disposición de mi partido, donde pueda yo ser, al fin de cuentas, de provecho. Siempre con la consciencia plena que en las responsabilidades que yo asuma el primer filtro que pasaré será la autocrítica.

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