¿Pinocho?

¿Pinocho?
De ningún modo, es el canshapito posando con una su mascarita de parachiquito

jueves, 4 de noviembre de 2010

El Canshape (XXVIII)

Foto: Jacob García.

Gil Zuarth en Chiapas

Como caidito del cielo azul panista llegó a Chiapas el que negó la cruz de su parroquia.
Roberto Gil Zuarth, candidato a la dirigencia nacional del blanquiazul, nacido en Tuxtla Gutiérrez, de madre villaflorense, pero a la hora de incorporarse como subsecretario de Gobernación este 2010 reportó ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) ser de Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca, dice que todo se trata de “un asunto elemental” (se olvidará, o no lo sabe, que acá merito, donde está enterrado su ombligo, negar a la familia o a la gente es casi casi como ganarse un pase directito, no redondo, al infierno mismo y soportar la ley del hielo de quienes sin ser esquimales cómo miran de fiero cuando se sienten ofendidos).
Todo se trata de una confusión, me cuenta en corto dándome una palmadita en la espalda, y rememora que cuando pichito todavía sus padres lo andaban paseando por el Sureste de México y que se les ocurre registrarlo en la oficialía ubicada nada menos que en Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca, pero que lo registraron conejo-capitalino (allá en Tuxtla Chico somos conejo-fronterizos), y que entonces a la hora de declarar a la SFP pues que registraron el lugar de registro y no de nacimiento.
Pues ahí está aclarado el asunto parece, pero no por eso no compartiré con ustedes lo que comentó en mi muro del Facebook el mejor caricaturista de Chiapas, Enrique Alfaro: “Pichichi: pinche chiapaneco chilango
Pichito: pinche chiapaneco toluco (así le llamábamos a veces al periodista coleto Jorge Díaz Navarro), de modo que el exsubsecretario podría ser: Pichioax...”.

***
Pues vino a Chiapas este Pichioax, digo, político, para hacer campaña en la búsqueda por la silla nacional del panucho y ni bien se lo habían preguntado reconoció que aún no se acomodan en el poder, que muchos de sus militantes creen que funcionan mejor como oposición que como gobierno y que en la inexperiencia radican sus yerros, pero que eso no es cierto, pues desde que el partido fue fundado por Manuel Gómez Morín se ideó para ser gobierno.
El PAN no debe abandonar la idea del cambio, la cual los llevó al poder en 2000 y le hizo repetir en 2006, debe profundizar en ser el gobierno del cambio. Por eso se le preguntó: Oye, Roberto (gran cunca, pues) y para profundizar en ese cambio van a necesitar también 70 años, como el PRI? Y que se le ocurre decir que en 10 años han hecho más que el PRI en 70, que gracias a ello los jóvenes no ha padecido ninguna crisis económica como en el pasado. Ya le iba rebatir que cómo picte no, pero pensé que finalmente la reciente crisis no fue culpa de este gobierno, fue un asunto mundial, no que aquella de la devaluación del peso sí estuvo cabrona, dirá usted que yo era un pichi, que cómo habló de eso, pero déjeme decirle que ni la leche Liconsa me quitó el mal sabor de boca.
Se le preguntó también, desde luego, que porqué se sienten tan confiados y no tienen claro por lo menos a un candidato presidencial con el peso de Marcelo Ebrard, por el PRD; o Enrique Peña Nieto, por el PRI; o, incluso, un AMLO, por el PT. Dijo que para qué ir a prisa, no tienen necesidad, que son el partido en el poder, que no necesitan alardear. ¿Será que no tienen gallo?, se le insiste. Liderazgos hay. Diga nombres, por favor. Pues les puedo decir que Josefina Vázquez, Alonso Lujambio Irazábal, Ernesto Cordero, Santiago Creel, hay varios. ¿Por ahí se colará Juan Ramón de la Fuente, ya ve que el premio que recién le dieron parece un predestape? De la Fuente no es panista y yo sólo puedo hablar de mi partido.
Uno concluye que el partido es una cosa y el presidente otra, y tal parece que Felipe Calderón quiere al exrector de la UNAM.

*El Canshape es un sitio encantado de Tuxtla Chico.


El Canshape (XXVII)

De Chiapas pero oaxaqueño


Ni bien nos hacemos a la idea de que Chiapas puede producir políticos de regular peso nacional cuando hasta allá vuela nuestra cabeza porque resulta que siempre no. Ese es el caso del aspirante a la dirigencia nacional del PAN, Roberto Gil Zuarth, que pa’ todos los paisanos es mero chiapaneco, porque según unos nació en Villaflores y otros en Tuxtla, pero ahora resulta que nos niega con sus amigos importantes en el centro del país.
Mire cómo está la cosa: resulta que, según el periódico digital La Razón, en cumplimiento de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, Gil Zuarth declaró cuando recién se incorporó, en 1999, como enlace del Grupo Parlamentario del PAN con la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política de la Cámara de Diputados, haber nacido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Pero al año siguiente, en su declaración final por conclusión del encargo como secretario particular del presidente de la mesa directiva de la Cámara, el 3 de octubre del 2000, acreditó haber nacido en Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca. El mismo lugar de nacimiento reportó ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) este 2010, al incorporarse como subsecretario de Gobernación.
De modo que se siente oaxaqueño, o le conviene sentirse, con todo el respeto de los hermanos del Istmo, y nosotros acá en el gran argüende, que si conviene, que si no, que si, finalmente, a Chuchita la bolsearon.

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El trabajo que las autoridades del estado realizan para garantizar el pleno respeto a los derechos humanos de los migrantes ha hecho que Chiapas sea considerado un estado amigo por diversas naciones del mundo.
Esa sensibilidad, impulsada por el gobernador Juan Sabines Guerrero, es un ejemplo para el resto de estados y países que padecen el fenómeno migratorio, pero es obvio que no la adoptarán de manera voluntaria porque para algunos puede representar una carga tanto física como financiera, sobre todo si sus intereses son otros, alejados de la filantropía.
De ahí que la iniciativa para reformar la Ley General de Población, a fin de proteger a los migrantes no documentados, presentada ayer por el senador priísta Sami David en el Pleno del Senado, es congruente con la sensibilidad que el chiapaneco en general siente por sus hermanos centroamericanos y da pie para que el buen trato y el respeto no sea sólo de buena voluntad sino constitucional en el resto del país, tal y como ocurre en Chiapas.

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Llega Noviembre con su espíritu de nostalgia. Postales de invierno con deseos de fogata. Uno lidia con estas imágenes blanquecinas al pensar que todo fue mejor que Noviembre, pero de pronto el viento fresco llega silbando, golpea, abre la ventana y nos recuerda que este mes es el más vivo de todos, que en él se halla la esencia del año que termina.
Noviembre es para mí el comienzo. El tiempo en que veo con luz renovada. Uno dice Noviembre y se invoca al nuevo-miembro, al que se esperó todo el año. Yo soy el representante de Noviembre. Yo soy el que recuerda que el agua tiende a volverse densa, de un peso catastrófico. Y sobre estas aguas ando y cada chasquido es un paso que doy.

*El Canshape es un sitio encantado de Tuxtla Chico.

roraquiar@hotmail.com
961 111 58 69

martes, 2 de noviembre de 2010

El Canshape (XXVI)

Día de todos los halloweens

La festividad del Día de muertos sigue viva en México, en Chiapas, pero no se sabe por cuánto tiempo más, porque aunque se ha insistido en la importancia de preservar las tradiciones y evitar extranjerismo o modas comerciales que las desplacen, el halloween tiene cada vez más presencia en nuestra tierra.
Los recientes festejos me dieron la oportunidad de observar esta invasión: la noche del 01 de noviembre las calles tuxtlecas fueron invadidas por hordas de monstruos enanos que pedían “calabacita, tía”. Disfraces de personajes que saltaron del cine o de las novelas de ciencia ficción, de hule o tela, de pluma y pelo, de mocos verdes y ojos con sangre, de linduras indescriptibles, irrumpían las casas pidiendo dulces y dinero: lo gringo en su máxima expresión bajo la triste mirada de una de la noches más mexicanas.
Los adornos ya no son veladoras, frutas colgadas, papel picado, flores de todos los colores; son calabazas con focos adentro, estampas de vampiros, brujas, momias y hombres lobos. Los padres acompañan a los niños que sin duda se divierten, pero van creciendo en una cultura de consumismo —la mayor cantidad de dulces recolectados, el disfraz más elaborado, tienen mayor reconocimiento social—, alterna a la de los que aún elaboran altares en sus hogares, realizan rezos, visitan a sus difuntos en el panteón y se embriagan con tequila.
Sospecho que esta generación de padres “modernos y de onda” será la última, por lo menos en la ciudad —los pueblos son más reacios a las modas—, que tenga presente nuestra ancestral tradición. El boom de los medios de comunicación, la internet como detonador, casi obliga a cada persona a vivir en la aldea global, facilita la triste transición. Pronto recordaremos, en un altar con frutas de plástico made in China y hamburguesas McDonald’s, la muerte de nuestra tradición.

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Lo que nos hace falta a los jóvenes es la visión de prepararnos para ser empresarios y no para buscar empleo, opina Carlos Kasuga Osaka, director general de Yakult SA de CV. Dice que Japón es un país del tamaño de Chihuahua y Aguascalientes juntos, pero tiene 124 millones de habitantes, los 10 bancos más grandes del mundo, el índice educativo y de longevidad más alto, el índice de criminalidad más bajo y su producto nacional es igual a la de Francia, Inglaterra y Alemania juntos.
¿A qué se debe esa gran productivad?
El empresario mexicano de padres japoneses comparte, en un foro universitario, algunos consejos que tienen que ver con la educación, la disciplina y la actitud con la vida misma. Dice, por ejemplo, que mientras los trabajadores mexicanos presentan pliego de peticiones, los sindicatos japoneses presentan pliego de ofrecimientos. Pequeña pero gran diferencia.
¿A qué se refiere?, podrá preguntarse generoso lector. A que si fabrican mil Datsun, por decir algo, ofrecen fabricar mil 200 el año entrante, entonces ¿qué ofrece la empresa? Si tienen cinco por ciento de errores en la producción, ofrecen reducirlo al tres por ciento, ¿qué ofrece la empresa?
En cambio en México se piden más días no laborables, más vacaciones, más aguinaldo, que el cumpleaños lo paguen triple y no trabajarlo.
Dígame, entonces, así cómo se puede esperar crecimiento de las empresas y por tanto mayor desarrollo económico del país.

*El Canshape es un sitio encantado de Tuxtla Chico.


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