¿Pinocho?

¿Pinocho?
De ningún modo, es el canshapito posando con una su mascarita de parachiquito

lunes, 25 de enero de 2010

Un balazo como cualquiera


Con sorpresa leí el mensaje de celular de Notifut que llegó apenas desperté. Decía que el delantero de las Águilas del América, Salvador Cabañas, recibió un balazo en la cabeza mientras se encontraba en una discoteca en el sur de la ciudad de México, la madrugada de este lunes. No decía más detalles, pero durante el día se supo que sólo iba acompañado de su esposa y su cuñado, y que no hay detenidos.

El hecho es lamentable, es cierto, pero no deja ser uno más como cualquier otro en un país en el que la violencia ya no alarma. Le pudo pasar a cualquiera, y es precisamente eso lo que debe preocupar, nos pudo pasar a nosotros, nos puede pasar; ya no hay sitio seguro donde divertirse, parece. Causa revuelo mediático por ser una estrella del futbol, porque, además, estuvo en Chiapas. Recuerdo que en varias ocasiones lo encontré en los tacos "Casablanca", y me dio la impresión de ser un joven serio, pero sencillo, saludaba a sus fans, a sus amigos, por lo que, reitero, la agresión le pudo pasar a cualquiera, aun al más pacífico.

Por otro lado, pronto circuló en la Internet una imagen donde Chava está tirado en el suelo tras el balazo, uno puede suponer que los paramédicos tomaron la foto y la vendieron —lo que algunos condenan—, aunque también la pudo tomar un compañero reportero de nota roja, y ahí sí, ni modos, es la chamba. ¿Qué diferencia hay, entonces, entre un bolo atropellado en el libramiento norte con el futbolista?, para fines prácticos informativos, y siendo imparcial, ninguna, y la imagen es tan necesaria como el texto o el comentario. No obstante, esperamos salga de ésta… y que alguien ponga ya un alto a tanta inseguridad, miedo e impotencia.

La Tinta a color
Me encontré en un expendio de periódicos la Tinta Fresca, de Víctor Carrillo Caloca, y la sorpresa, por lo menos para mí aunque ya va acabar este mes, es que ya sale a color. Recuerdo que en una entrevista que le hice me confesó que para echarla andar pidió un préstamo a la universidad en la que trabaja, le partió la chuleta a su marranito, se apretó el cinturón al grado de pegar su espinazo con su tripa, y que aguantando críticas de todo tipo, la echó al ruedo, y ahí ven a la tintita dado la faena. A casi seis años de periodismo, análisis y algo más… creo que aquella frase de “soy más necio que bonito” le ha dado buenos resultados al Vicc. Felicidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario