¿Pinocho?

¿Pinocho?
De ningún modo, es el canshapito posando con una su mascarita de parachiquito

viernes, 28 de enero de 2011

El Canshape


Del PAN de Tuxtla Chico
y de la decepción política


Por una flagrante traición al PAN de Tuxtla Chico fueron expulsados tres personajes que habían venido coartando al partido y haciendo triquiñuelas a su antojo.
Caprichosos ellos se habían caracterizado por apoyar al partido cuando así les convenía y darle puñaladas por la espalda cuando percibían que no les tocaría buena rebana del pastel.
Recientemente me entero que a petición del comité municipal, el Comité Directivo Estatal del PAN deliberó cortar de tajo a los hermanos Rosy (La Maestra), Víctor (El Tigrazo) y Jorge López Santeliz (El Coco) por su apóstata actuar en los dos más recientes procesos electorales.
En las elecciones de julio de 2007, discrecionalmente realizaron proselitismo a favor del exedil Osvaldo García Solís, del PRI, el evangélico que en estos momentos se encuentra en retiro espiritual haciendo ayuno y oración para que un milagro se dé y las cuentas que dejó por fin cuadren y los adeudos se olviden y las obras inconclusas se terminen solitas, de lo contrario tendrá que purgar la penitencia que el OFS le imponga.
Ya con la experiencia del proceso anterior, en las elecciones de julio del año pasado apoyaron con mayor descaro al cacique Arnulfo Hernández Ventura, del PT, a quien se le ocurrió que podía ser presidente municipal por tercera ocasión.
Pero como no hay mentira que dure 100 procesos, en esta ocasión los blanquiazules institucionales lograron reunir las pruebas suficientes para señalarlos. Pues justo cuando compraban el voto de una lideresa campesina, Amanda Teresa Díaz López, de Unidos en Acción, por la nada despreciable cantidad de 50 mil pesos, la militancia los rodeó y con cámaras en mano registraron el momento en que ya se relamían los bigotes al pensar que eran tan chinguetas y se habían vuelto a salir con la suya.
Pues de esta manera el PAN de Tuxtla Chico puede respirar tranquilo con la expulsión de estos tres personajes que en su momento, hay que reconocerlo, hicieron mucho para que el partido creciera, pero terminaron alejándose de los intereses comunes por los personales.

***
La política, según su concepto, es la actividad humana que tiende a gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad. El término fue ampliamente utilizado en Atenas a partir del siglo V antes de Cristo, en especial gracias a la obra de Aristóteles titulada, precisamente, Política. El mismo Aristóteles definía al ser humano como un animal político.
En este sentido, ser político sería motivo suficiente de admiración y respeto, porque se entiende que la persona que desempeña actividades profesionales a cargo del Estado o se presenta a elecciones busca no otra cosa sino mejorar las condiciones que optimicen la convivencia colectiva.
Pero para desgracia de quienes se dedican a esta actividad, el concepto ha perdido prestigio. No sólo por los escandalosos casos de corrupción, que parecen procurar la valoración más generaliza entre la sociedad. Y es cierto, el acceso a espacios públicos de poder genera las condiciones para el enriquecimiento ilícito y el tráfico de influencias. Ni duda cabe que esto debe preocupar a sus oficiantes, pero no es lo único.
Para conocer la perspectiva de los propios involucrados, me permito compartir algunas ideas que rescaté de una charla que sostuve con el diputado Juan José Aquino Calvo, actual presidente de la mesa directiva del Congreso del estado de Chiapas, esperando al tiempo poder compartir, con usted lector, una entrevista más extensa en los próximos días.
Para el legislador de 35 años son varias las razones de esta decepción ciudadana de la política. Una, la más obvia acaso, es la enorme desigualdad social que impera, donde la pobreza y la marginación son realmente importantes. Es decir, el desencanto radica en la incapacidad de los sistemas políticos de dar respuesta a tan fuertes y diversas demandas sociales.
Valorar lo político tiene distintos niveles y su descrédito tiene que ver también con cierta crisis de representatividad. La mayoría de los políticos sigue cada vez más la lógica de acumulación de poder y menos la de comprensión de los asuntos de la vida cotidiana, sus problemas y soluciones, lo que realmente le importa a la población y por lo que busca representantes afines a sus necesidades.
Asimismo, la poca credibilidad que se tiene de los sistemas democráticos en cada elección, que nos lleva a preguntar ¿elecciones limpias o fraudulentas?, aporta a esta concepción del mal político. Porque si los sistemas electorales no son creíbles, no será creíble ni interesará lo que emane de ellos.
Todo esto es peligroso porque el ejercicio de la tarea política es sustancial para la construcción de la democracia. Ante este panorama, Aquino Calvo, coincide con su servidor, en que el rescate de la figura política sólo se logrará a través de la profesionalización, de la no improvisación, del despojo de los intereses personales por los de la gran mayoría. En resumen, regresar a la concepción original: el bien común.

*El Canshape es un sitio encantado de Tuxtla Chico, Chiapas, México.

Contacto:
961 111 58 69

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