Paquito,
el travieso
Para mí que el
presidente de la Comisión
de Fiscalización Electoral en Chiapas (Cofel) era Erick Ocaña Espinosa, pero
leyendo las recientes declaraciones como “consejero” del contralor Francisco
Bedwell pues ya no muy sé. Resulta que ni bien el PREP del IEPC había dado como
ganador a Manuel Velasco Coello cuando salió a celebrar lleno de júbilo “la
gran fiesta democrática y transparente que se vivió en nuestra entidad”.
Usted con justa
razón debe preguntarse ¿velo, cómo me jugó mi cabecita el tal Erick Ocaña al
declarar que sería hasta dentro de un mes que se conocerían los detalles de la
fiscalización a los recursos de campaña y financiamiento externo de los
candidatos y de los partidos políticos, porque ya Paquito dijo claro y pelado
que todo es transparente como el agua cristalina de una “laguna verde”?
Pero mal haría
usted en dejarse contagiar de esta alegría, porque el jubiloso panista Paco
Bedwell deberá explicar las razones por las que hace pachanga con el triunfo de
otros colores (no creemos que se sincere y diga que tamaña “lambida” es pa ver
qué huesito pesca, aunque sea de aguacate, ya ve que lo ecológico está de moda),
más aun si consideramos que como funcionario de un órgano administrativo electoral
(como lo es la Cofel )
está obligado a guardar las formas y los tiempos.
Mucho tendrá que
hacer Cofélix para que su gente guarde la compostura debida y no le estén
metiendo goles en una elección en la que las quejas de inequidad, exceso en los
gastos de campaña y carretadas de paga para coaccionar el voto están a la orden
del día, por lo que declaraciones como las que hizo “Mamá, soy Paquito y sí
haré travesuras” no sólo son irresponsables sino provocadoras.
Mientras, Paquito,
calladito se verá más bonito, si no quiere que “hasta allá vuele su cabeza”.
Democracia
e insatisfacción
colectiva
(Enrique Alfaro)
Justo cuando
estudiosos del mundo discuten la validez del axioma de que la democracia
produce felicidad en los pueblos, en México nuestros últimos procesos
electorales han provocado el rechazo de importantes sectores de la sociedad
hacia las autoridades electas y una creciente insatisfacción colectiva, muy
obvia entre la población joven.
En nuestro país,
quienes combatimos al régimen priísta en su etapa de mayor hegemonía —cuando la Secretaría de
Gobernación encabezaba los órganos electorales— fuimos testigos de un lento
proceso de rediseño de esas instituciones hasta lo que hoy conocemos.
Conforme avanzaba
la ciudadanización de los órganos electorales, las elecciones resultaban más
creíbles y las derrotas del entonces partido oficial se sucedían. Hasta que
llegó el momento mágico del derrumbe priísta en el año 2000. El PRI salía de
Los Pinos y era evidente la celebración de gran parte de la población.
Atrás quedaba la
rabia por el fraude cometido por las
autoridades electorales y del gobierno contra Cuauhtémoc Cárdenas en 1998. Tras
el triunfo de la oposición en la elección presidencial en las calles del país
se respiraba alegría. Vicente Fox llegaba con un importante bono democrático
que dilapidó sin rubor. Iniciaba la
decepción.
Luego del triunfo
de Felipe Calderón, el resultado de nuestra democracia electoral creó rechazo
de ciertos sectores y el desencanto de otros por las dimensiones del conflicto
poselectoral.
Hoy, quienes
conocimos los viejos órganos electorales y vivimos el tránsito de estos hacia
la ciudadanización de sus instancias colectivas no creemos que haya que
desprestigiar y destruir lo logrado en estas instituciones que, ciertamente, no
están libres de errores. Bajo los actuales órganos electorales son millones los
ciudadanos que participan organizando cada elección. Antes eran exclusivamente
empleados del gobierno los que contaban los votos, por ejemplo. Esta lucha
debieran conocerla y reconocerla los jóvenes.
Sin embargo, es
evidente que lo logrado no es suficiente. La inequidad y las peores prácticas
conocidas se hicieron presentes en el proceso electoral actual. En justicia es
necesario decir que las efectúan todos los partidos políticos, pero siempre
será el PRI el mejor maestro y el alumno más avezado, al mismo tiempo.
El actual sistema
electoral mexicano, luego de cumplir todas las formalidades, dio como resultado
una elección presidencial de alta participación. Y tras el triunfo de Enrique
Peña Nieto no parece respirarse un ambiente de júbilo. Por el contrario, se
acrecienta el rechazo y la insatisfacción colectiva.
Mucho hay que
cambiar de nuestra vida electoral pero sería un error de los jóvenes ignorar,
por desconocimiento o petulancia, toda la lucha que hay detrás del diseño de
las instituciones electorales actuales. No hay que derrumbarlas, hay que
fortalecerlas.
Por cierto, la
democracia no crea la felicidad de los pueblos. Son los pueblos felices los que
tienden a crear democracias sólidas. Los jóvenes deben construir con
imaginación y alegría, pero alejarse de la intolerancia y las ofensas.
Coquetear con la violencia les garantizará el rechazo de la mayor parte de la
población que dicen representar. No agoten su primavera. Propónganse ser
felices sin renunciar a la lucha por modificar el presente y futuro de México.
Pongosh
Nadie puede negar
que le han llovido críticas al SMAPA de Tuxtla Gutiérrez a partir de las
deficiencias en las obras de la remodelación del centro, pero es justo decir
que la responsabilidad, al menos en esa parte de la ciudad, aún sigue siendo de
la empresa contratada, esto hasta que se entreguen formalmente los trabajos. Mientras
tanto, Carlos Díaz, Raúl Nova y Javier Villatoro, directores general, administrativo
y de comercialización, respectivamente, siguen trabajando con su personal para
proveer de agua a la ciudadanía en las zonas donde hay escasez y atendiendo a
la brevedad los reportes de fugas y alcantarillas desbordadas en otras partes
de la ciudad. Tal es el caso de la fuga denunciada ayer en este medio y que ya
fue reparada, esto allá en la colonia Natalia Venegas y cuyo denunciante ya
habló para confirmarlo. Bien por los aciertos, que también los hay// Recuerde
que El Canshape es un sitio encantado de Tuxtla Chico…
Contacto:
961 139 55 92
roraquiar@hotmail.com
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