¿Pinocho?

¿Pinocho?
De ningún modo, es el canshapito posando con una su mascarita de parachiquito

miércoles, 15 de diciembre de 2010

El Canshape (XXXIX)


De premios y olvidos

Nada tengo en contra del pianista coiteco Arturo Aquino, es más, disfruto de su trabajo, pero de eso a entregarle el Premio Chiapas en Artes 2010 hay una gran diferencia. Cómo entregarle el máximo reconocimiento de pueblo y gobierno si su carrera apenas empieza, tres o cuatro discos son poco. En qué ha ayudado a engrandecer el patrimonio cultural de Chiapas si no es compositor. Al rato le entregarán este importante premio a cualquier estudiante de música que toque bien cualquier instrumento.
El Premio Chiapas se había distinguido, hasta hace poco, por reconocer la trayectoria, los aportes que trascienden el tiempo, la influencia ejercida en el mejoramiento de la colectividad y del pensamiento chiapaneco. Con un disco que se llama A mi tierra no se justifica lo que hicieron. Reyli, incluso, tendría más merecimiento. Esta entrega podrá ser todo, menos el reconocimiento del pueblo… Los otros dos galardonados, en el área de Ciencias, son Jesús Aquino Juan, doctor en Educación, y Alfonso Morales Zúñiga, médico cirujano laparoscopista (técnica que permite la visión de la cavidad pélvica-abdominal con la ayuda de un lente óptico), bien por ellos.

***
La Red Juvenil de Tuxtla Chico realizó con éxito la primera entrega de premios “Orgullos tuxtlachiquenses”, el pasado 11 de diciembre. En ella se reconoció el trabajo de Armando Parra Lau, Salustio Anleu Constantino, Fructuoso Arreola de León, Humberto Ibarra Códova e Inés Peralta García, cada uno desde su actividad ha contribuido a la proyección y progreso del municipio. Además, en la categoría In Memorian recordaron a Arnoldo Ruiz Armento, Rafael Ordóñez Soto, Evelia Guzmán Girón y Leonor Esteban López. Gran esfuerzo de los muchachos que impulsan el proyecto.
No obstante —comento en la página de Facebook de la Red Juvenil—, la gran ausente es la Señora del Bolero, La Voz Pasional, doña Amparo Montes, quien nació en la bendita tierra de Dios, el pan y el chocolate, un 22 de abril de 1925 y falleció en la ciudad de México en enero de 2002, hace apenas nueve años, a causa de una neumonía.
Nuestra cantante se hizo especialmente famosa por sus interpretaciones de las composiciones de Agustín Lara y Gonzalo Curiel. La última entrevista realizada a esta mujer corrió a cargo de la periodista Cristina Pacheco para la televisión nacional. Debutó en la radio en 1938 y pronto se convirtió en una destacada intérprete de boleros. Durante su trayectoria artística grabó más de 100 álbumes y con ella muere la época dorada del género.
Con Amparo Montes, cuyo nombre verdadero era Amparo Meza Cruz, efectivamente termina una época, "la del bolero como proyección autobiográfica, biografía de multitudes, sinceridad interpretativa, emoción genuina que las canciones mismas renuevan", diría a su muerte el también ya fallecido, Carlos Monsiváis.
Es, entonces, pertinente recordar esta célebre vida, darle en su tierra el reconocimiento que tuvo en otros lugares, sentirnos orgullosos también por ella, tuxtlachiquense y no huacalera, como algunos creen, pero finalmente chiapaneca.

***
Ya ni gracia la tuxtlecada, nada le gusta. Ahora se quejan de que con tanta visita, en alusión directa a los peregrinos guadalupanos, la ciudad queda toda fea, sucia y destruida. Puede que en parte tengan razón, pero ni cuando a alguien se le ocurre hacer algo bueno lo quieren. Resulta que Heriberto Gómez García, el donador de la Torre de Guadalupe (sí, esa que habla), se topó con que no querían la construcción. Ya la llevaba a la mitad cuando los propios religiosos del templo dijeron que se miraba de al tiro y que impedía el paso de los fieles, así que la tiraron y se reubicó, lo que significó una gasto no contemplado para el donador que ya para entonces se decía pa’qué pictes, pero como era una promesa hecha a la Morenita, apechugó y la terminó. Para colmo de la trompudez (acción y efecto de ser cochi y trompudo) nadie se dignó a darle mantenimiento, así que también eso daba don Heriberto. Afortunadamente, el ayuntamiento acaba de aceptar en donación la torre. Haber si ahora que es obra municipal la aprecian otro poquito, sobre todo los curas malagradecidos.

El Canshape es un sitio encantado de Tuxtla Chico.

roraquiar@hotmail.com
961 111 58 69

No hay comentarios:

Publicar un comentario